Acuéstese boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados sobre el suelo. Coloque una toalla de manos enrollada o algún objeto cilíndrico que se le parezca entre sus rodillas. Mantenga los pies a la anchura de sus caderas. Inhale profundamente, permitiendo que su estómago se infle. Exhale, recoja su barriga y su piso pélvico. Repita inhalando y relajando su estómago. Al exhalar, recoja la barriga y el suelo pélvico; eleve la pelvis a unos 5 cm del suelo, empujando con los talones hacia abajo. Inhale y baje la pelvis, asegurándose de apoyar una vértebra a la vez. Relaje la pelvis al llegar completamente al suelo y repita. Al terminar, retire la toalla y baje lentamente las piernas una a una.