Colóquese de pie en el agua, agarrándose a la piscina a la profundidad que le indique su terapeuta.
Puede que necesite usar un escalón de la piscina para modificar la profundidad del agua. Mantenga los pies separados de la pared a la distancia de los brazos.
Coloque un churro de espuma debajo de sus caderas.
Siéntese en el agua como si fuera a sentarse en una silla.
Vuelva a la posición inicial.