Empiece de rodillas e incline la cabeza hacia detrás para mirar al techo.
Mantenga esta posición durante unos segundos.
No se alarme si siente mucha tensión en este punto.
En un movimiento fluido, incline la cabeza hacia abajo, metiendo la barbilla y levantando las caderas en el aire.
La cabeza debe estar sobre el punto vertical, metida debajo de las rodillas.
En esta posición, mueva la cabeza hacia el codo del lado sintomático.
Por ejemplo, si sus mareos son más severos cuando se acuesta sobre su lado izquierdo, gire su cabeza hacia el codo izquierdo.
Asegúrese de mantener la cabeza del revés.
Sentirá el giro en esta posición.
Quédese ahí hasta que el giro se detenga completamente, levante rápidamente la cabeza y el cuerpo hasta la horizontal.
La cabeza debe permanecer girada hacia el lado sintomático.
Permanezca ahí hasta que el giro se detenga y póngase completamente erguido para arrodillarse.
De nuevo, su cabeza debe permanecer girada hacia su lado sintomático.
Este proceso puede tener que repetirse más tarde, si no se resuelve el problema la primera vez.
Normalmente es bueno dejarlo durante 15 minutos, si no más, antes de repetir la secuencia.
