Colóquese de pie frente a una encimera con las manos o los dedos apoyados ligeramente sobre la superficie.
Intente mantenerse lo más erguido que pueda con la cabeza en alto.
Cuando esté listo, retire las manos de la encimera manteniendo el equilibrio.
Mantenga los dedos de los pies mirando hacia la encimera y dé pasos hacia un lado paralelo a ella.
Cuando la encimera termine, deténgase un momento y compruebe que sus pies siguen mirando hacia delante.
Vuelva a la posición inicial dando pasos laterales empezando con la otra pierna.